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Essay / Expressions

Lanzando “sombra” al imperio estadounidense en la escena Ballroom de Puerto Rico

Una antropóloga lingüista explora la escena queer del Ballroom en San Juan —y cómo lxs artistas incorporan críticas al colonialismo en esta forma de arte—.
Una fotografía en blanco y negro muestra a personas vestidas con trajes oscuros y corbatas desfilando en una pasarela de moda. En el centro, una persona con un sombrero de ala ancha y un traje de mujer a cuadros sostiene un perro pequeño. Por encima de los modelos, un cartel dice "love ball' (baile del amor). Los fotógrafos apuntan con sus cámaras a los modelos.

Miembros de la House of Xtravaganza, una casa de Ballroom históricamente de mayoría puertorriqueña y latina, desfilaron en el Love Ball, una gala benéfica contra el VIH/SIDA celebrada en Nueva York, en 1989.

Fairchild Archive/WWD/Penske Media/Getty Images

“LEYENDO” SOBRE SU MODA

Me miro la cara en el espejo para comprobar el estado de mi labial rojo mate, mi colorete y mi base de maquillaje. Como anfitrionx del ball de esta noche, no quiero ser una de las personas arrastradas a la pista para ser “leídas” por sus elecciones estéticas. Desde el escenario donde me siento, la antigua iglesia reformada convertida en cafetería de San Juan, Puerto Rico desprende un ambiente similar al de los grandiosos locales de varias plantas de los comienzos del Ballroom en el Harlem neoyorquino de los años setenta.

Segura de mí misma, dirijo mi atención hacia el público. La gente estalla a mi alrededor, desparramándose entre las líneas de sillas que delimitan el espacio de la pasarela de mosaicos verdes y blancos. Espero a que la gente coja el micrófono y empiezo a leer a lxs espectadores de la multitud en busca de basura.

“Leer” es un juego de ingenio y palabras destinado a exagerar un defecto de alguien y soltar un insulto con una ocurrencia aguda que lo deje atónito. La “sombra” está relacionada con el arte de “leer”, pero tiene una forma indirecta en la que el insulto o el comentario social pueden pasar desapercibidos para el oyente o la referencia dirigida al menos en el momento en que se profiere. Tanto “leer” como la sombra se formularon en los primeros años de la escena Ballroom de Harlem para ayudar a las personas queer y trans negras/latinas a aprender a tener una piel más dura para enfrentarse a las interpretaciones normativas del mundo exterior sobre el género, el sexo y la sexualidad.

Hoy estamos reunidxs en la pista para una categoría llamada “Leyendo sobre su moda”, que pide a lxs bailarines que se arrastren unxs a otrxs por sus elecciones sartoriales. Las categorías funcionan casi como indicaciones que dan a lxs artistas sobre cómo prepararse para un evento. Te dan una idea de cómo vestirte, cómo bailar y cómo adaptar tu actuación a un conjunto específico de géneros comunes en la escena.

Una persona con gafas de montura de plástico beige, pintalabios morado intenso, pelo corto decolorado y una tiara casera mira a la cámara con un ligero aire de rebeldía.

La autora muestra “rostro” mientras trabaja en La Trasha Gala, un evento organizado por el colectivo puertorriqueño de Ballroom Laborivogue en febrero de 2024.

Dozandri Mendoza

La invitación a un evento llamado "Kiki Ball del Palabreo" está diseñada como una página de diccionario, con definiciones y una guía fonética para la pronunciación.

Como parte de su investigación dentro de la escena Ballroom de Puerto Rico, la autora organizó un kiki ball para el público en 2023.

Leilani Rodríguez Rodríguez

Al notar que el público nadie se anima a ser lx primerx en agarrar a alguien y empezar a criticar su aspecto, el Padre E se pasea con un micrófono y hace algunas demostraciones. “Déjate de ir a Forever 21”, [1] Forever 21 era una cadena minorista de moda rápida que operaba en Estados Unidos hasta mayo de 2025. dice, criticando a una ponka  [2] Término que se refiere a hombres homosexuales, personas no binarias o figuras femeninas que no se ajustan a los estereotipos de género. entre la multitud que lleva una camisa de moda rápida que probablemente podrías encontrar en cualquier centro comercial de la isla. Alguien señala una pancarta que dice “cunt la esencia del Ballroomboricua”, recordándoles la feroz confianza que se supone que deben aportar a esta categoría.

Como antropóloga lingüística, investigo cómo la gente pone en práctica las formas de arte verbal. Como parte de mi trabajo de investigación, en octubre de 2023, fui una de lxs curadorxs y organicé el Kiki Ball del Palabreo con el colectivo puertorriqueño de Ballroom, Laborivogue. El evento, celebrado en Miramar, San Juan, conmemoró la historia de la diáspora puertorriqueña en la formación de la cultura del Ballroom, centrándose en cómo lxs artistas del Ballroom juegan creativamente con el lenguaje. Mi principal colaborador, el Padre E, ejerció de comentarista durante toda la noche, controlando la energía y el pulso del público y asegurándose de que todo el mundo se mantuviera atento y supiera qué categoría era la siguiente.

En muchos sentidos, el Kiki Ball del Palabreo se sintió como un homenaje a los primeros días del Ballroom. Me inspiré en los primeros vídeos de archivo de YouTube de ancestrxs trans puertorriqueñxs como Alyssa LaPerla, una feroz femme queen que destacó en el apogeo de la escena neoyorquina de los noventa y los 2000. Su legendario juego de ser leída y ojo por ojo con su compañera Onjanae Milan pasó a la historia del Ballroom como ejemplo del despiadado ingenio de las femme queens. Quería llamar la atención sobre las íntimas conexiones que unen San Juan con Nueva York en la representación y celebración de esta forma de arte tan particular.

Pero el Kiki Ball del Palabreo también reveló algunas de las tensiones entre estas escenas del Ballroom. Lxs participantes llamaron la atención sobre la relación colonial del gobierno de Estados Unidos con Puerto Rico, utilizando el lenguaje y el arte del Ballroom para cuestionar y cambiar estas dinámicas de poder, tanto de forma sutil como directa.

“NO QUIERO ESCUCHAR INGLÉS”

En el ball, me siento junto a lxs jueces en un escenario ligeramente elevado. Desde allí, podemos ver a lxs artistas, al DJ, al comentarista y cómo reacciona y vibra el público. El jurado representa a diferentes casas de Ballroom, lxs 007 [3] Una “casa de Ballroom” es una estructura similar a una familia que ayuda a preparar a lxs artistas para los bailes y fomenta un sentido de pertenencia. Lxs 007 son aquellxs que actúan y participan en la escena Ballroom sin estar afiliadxs a ninguna casa. , y miembrxs de la escena queer de Puerto Rico: poetas, DJs y comentaristas. Una de las juezas es la madre de House of G, una casa afrodescendiente centrada en el género femenino y no binario.

Inspirada por la animación de Padre E, veo cómo la gente empieza a acercarse sigilosamente al centro de la sala para intentar leer y ser leídas. TRE (seudónimo), una persona negra no binaria y miembro de la Casa de G, se acerca al micrófono. Lleva mallas negras, una falda con volantes, un mini top sin mangas, unas largas pantallas plateadas y una cinta para el pelo con un estampado feroz. TRE elige a alguien entre la multitud que lleva una camiseta blanca abotonada y calcetines largos deportivos combinados con tacones negros.

TRE lo acerca al micrófono ante un montón de curiosos y le dice en español: “¿Cuál es el look, profesore o atleta con esas medias de Nike?”.

White Top, como les estoy llamando, responde en inglés: “This is fashion. What are you wearing?” [4]  Traducción: “Esto es moda. ¿Qué llevas puesto tú?”.

A esto, TRE pone una mano en su cadera y levanta la otra con la muñeca caída con descaro. “Se llama estética que tú no tienes”, dicen. Luego, cambiando al inglés, TRE añade: “THIS is fashion!” [5] Traducción: “¡ESTO es moda!”

 

Una multitud de espectadores observa a un numeroso grupo de personas vestidas con ropa de colores vivos sobre un escenario iluminado por focos y con un techo negro.

Una multitud aclama a lxs artistas de Ballroom reunidos en el escenario.

Dozandri Mendoza

Un cartel casero pintado en una sábana blanca con letras rojas, naranjas y azules dice: "Cunt—la esencia del ballroom boricua".

Una pancarta del Ballroom define “cunt” como un sustantivo y adjetivo que captura “la esencia del Ballroomboricua”.

Dozandri Mendoza

En ese momento, la Madre G —la madre de TRE— se levanta del panel de jueces. Frustrada, ladea la cabeza, coge el micrófono de la mesa y dice en spanglish: “No quiero escuchar inglés, I don’t wanna hear English. ¡Hablen español!”

El Padre E me mira e intercambiamos miradas confusas sobre qué decir a continuación. Estamos un poco perplejxs por su petición de oír menos inglés en la práctica de leer, sobre todo porque a menudo cruzamos los límites del inglés y el español en la escena del Ballroom puertorriqueño.

El Padre E se dirige a la Madre G y le dice en español: “¿Qué? ¿Tú no entiendes inglés?”

La Madre G se revuelve el pelo y la cabeza para mirarle y le dice en spanglish: “I understand English, but estamos en el Caribe y quiero escuchar español”.

DEMASIADA “CHACHA” PARA BALLROOM

Entendí la sutil crítica de la Madre G como una forma de sombra. No estaba siendo mezquina con la elección lingüística de su hija, sino con la valorización del inglés en el mundo del Ballroom puertorriqueño.

El comentario sobre querer oír más español estaba envuelto en conversaciones que habíamos tenido antes esa noche. En la apertura del ball, organicé un kikitorio (kiki + conversatorio) en el que charlamos sobre nuestrxs ancestrxs trans puertorriqueñxs y su papel en la formación de la subcultura que ahora vemos celebrada en todo el mundo. El Padre E intervino para recordar a la sala los prejuicios que también acompañaban a algunos de estos intercambios. En los últimos tres años, la escena del Ballroom puertorriqueño organizó viajes para pasearse por eventos de la escena mainstream como el Latex Ball de Nueva York. Algunxs se encontraron con miradas extrañas y rechazo por hablar español en estos espacios.

Un clip del documental de 1990 Paris Is Burning, dirigido por Jennie Livingston, explica la evolución de los conceptos de “sombra” y “ser leídx”.

Darnell Ny/YouTube

Varixs afroboricuas, que constituyen una gran parte del liderazgo y la producción creativa en el Ballroom de Puerto Rico, intercambiaron historias sobre cómo sus acentos en inglés y su español puertorriqueño se convirtieron en puntos de contención en lugar de celebración. Estas historias me recordaron una conversación comunitaria en la que participé con Félix Rodríguez, un archivista digital e historiador de la escena Ballroom que comisaría una cuenta de Instagram y YouTube llamada Old School Ballroom. Como afroboricua, mencionó que en los primeros días del Ballroom, los recién llegados a Nueva York desde Puerto Rico y la República Dominicana a menudo eran llamados “chacha” por aquellos que habían estado en los EE. UU. por más tiempo. El término se utilizaba para burlarse de los recién llegados a los que se consideraba que hablaban demasiado español, señal de que eran demasiado “recién bajados del barco”.

El matiz de la Madre G sobre el uso del inglés en el ball fue un recordatorio de estas tensiones —y de las desigualdades económicas y políticas más amplias que conforman la vida en el archipiélago—. Desde 1952, Puerto Rico goza de un estatus especial como Estado Libre Asociado no incorporado a Estados Unidos. Lxs puertorriqueñxs no tienen derecho a voto federal ni plena autoridad económica sobre su propio presupuesto (una situación agravada por la aplicación de medidas federales de austeridad en virtud de la Ley PROMESA de 2016).

Para conocer más sobre el trabajo de la autora, escucha en el podcast de SAPIENS: A Linguist’s Night at the Ball.” (Una Noche de Ballroom con una Lingüista).

En 2017, el estancamiento económico y político creado por el estatus territorial único de Puerto Rico se vio exacerbado por uno de los peores huracanes de la historia, el huracán María. Lxs participantes en la escena Ballroom puertorriqueño han criticado los efectos de del colonialismo estadounidense de larga data y la respuesta totalmente inadecuada del gobierno federal a este desastre, que ha llevado a una creciente gentrificación y desplazamiento en el archipiélago. Lxs bailarines también han reivindicado la independencia política de Puerto Rico incorporando temas anticoloniales a las categorías del Ballroom.

Dentro de este contexto, vi la llamada de Mother G a hablar español como un consejo de la madre del Ballroom a una hija del Ballroom y al público en general para que reconocieran la carga que supone hablar inglés en Puerto Rico. El peso simbólico del uso del inglés marca una diferencia entre la puertorriqueñidad y la americanidad que se ha convertido en una fuente de tensión para aquellxs que han sufrido malos tratos por ser percibidxs como personas con acento, incluidas las burlas de otros miembrxs de la diáspora puertorriqueña cuyo inglés lleva menos acento.

Visto desde esta perspectiva, “lanzando sombra” al inglés en la pista del Ballroom forma parte de la política anticolonial de la escena, en la que lxs artistas ponen en acción su creativo repertorio lingüístico para llamar la atención sobre los mecanismos coloniales que afectan a la vida cotidiana de los puertorriqueñxs queer y trans.

DE CARA AL FUTURO

En la apertura del baile, el Padre E pronuncia la descripción de una de mis categorías favoritas en Ballroom: rostro. También es la categoría que más me gusta y por la que más he caminado durante mi tiempo en la escena.

Un largo muelle pintado con los colores del arcoíris se adentra en unas tranquilas aguas. Islas y grandes nubes blancas y esponjosas salpican el horizonte.

Lxs participantes del Ballroom realizan prácticas anuales de sus actuaciones en un muelle con los colores del arco iris conocido como “Muelle del Orgullo” en Cataño, Puerto Rico.

Dozandri Mendoza

Lee con micrófono en mano: “¡Drag descolonizador! Usa la ilusión del maquillaje para ilustrar la batalla entre el drag y la colonia, que sea tu rostra la primera arma contra el sistema político. Muéstranos tu mensaje anticolonial de cerca. ¿Con qué cara nos mira la futura?”

Al igual que sus antepasadxs diaspóricxs utilizaron leyendo y la sombra para enseñar a la generación más joven de Ballroom a navegar por las ideas normativas en torno al género, el sexo y la sexualidad, la práctica de lanzar sombra ha encontrado un nuevo propósito político. En este momento contemporáneo, la sombra está enseñando a lxs jóvenes boricuas de la escena Ballroom las complejas relaciones entre el lenguaje, la interpretación y el poder, y las historias coloniales que los rodean.

En la pasarela, una femme queen negra se pavonea sobre la pista con un bate de béisbol. Se abalanza sobre el público y casi derriba una de las lámparas del techo. Tiene la cara pintada con las palabras “El Futuro” en rojo.

¿Qué hay que derribar para garantizar ese futuro? Dejemos que la provocativa política de las prácticas de la escena Ballroom marquen el camino.

Dozandri Mendoza es profesora asistente de sociolingüística y lingüística aplicada en el Hunter College de la City University de Nueva York. Su investigación doctoral se centra en las formas trans de expresión creativa en la escena puertorriqueña del Ballroom. Mendoza explora la representación de las prácticas lingüísticas puertorriqueñas en el archivo de la historia del Ballroom. También examina lo que las formas artísticas verbales y corporales revelan sobre la memoria diaspórica, la crítica decolonial y la supervivencia trans. La investigación de Mendoza ha contado con el apoyo de una beca de la Society for Visual Anthropology/Lemelson Foundation, la beca Duberman-Zal del Center for LGBTQ+ Studies y subvenciones del Interdisciplinary Humanities Center de la Universidad de California, Santa Bárbara.

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